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Del mero San Luisito

 

 

 

 

 

 

 

 

Monterrey es la ciudad con mayores índices de intolerancia en México, según Ricardo Bucio, presidente del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred). Las esferas que más padecen esta discriminación son los foráneos, los homosexuales y los grupos indígenas (Proceso, 2014).

 

Esas prácticas sólo se podrían explicar como resultado de una inconsciencia histórica y una visión cosmopolita limitada.

 

La paradoja más grande se refleja en el rechazo hacia los foráneos; basta con remontarnos al pasado.

 

La migración en la Ciudad no sólo fue importante, sino indispensable para la consolidación de su economía. Esto se acentuó en los inicios de la llamada época del progreso a medida que Monterrey se convirtió en el principal polo de desarrollo norestense.

 

Herencia de la época de Bernardo Reyes, el barrio de San Luisito, la Colonia Independencia de hoy, fue factor álgido para el crecimiento de la Ciudad.

 

Fueron obreros potosinos quienes se establecieron y dieron vida a esta colonia que, aunque hoy es tabú por los índices de inseguridad, conserva en sus calles un pasado lleno de tradición.

 

Desafortunadamente, los originarios de San Luis Potosí siguen presentes en las estadísticas del Conapred, cuando gracias a sus aportes a la dinámica económica de Monterrey deberían recibir un trato diferente.

 

Sin embargo, llevados por la premisa de la supuesta competitividad en la educación e industria, un grueso de la población de origen potosino (y de otros Estados del sur) llega a Monterrey para continuar con sus estudios y buscar una mejor calidad de vida.

 

Ya no sólo se desenvuelve en el entorno obrero como durante la génesis industrial, sino que con más frecuencia cubren aristas académicas y empresariales.

 

Cada vez más jóvenes foráneos egresan de las universidades y son competitivos en el campo laboral. A pesar de lo anterior, haber nacido en San Luis Potosí, en varios círculos sociales de la Ciudad, es sinónimo de rechazo.

 

La problemática de discriminación hacia los potosinos y otros foráneos no acaba ahí.

 

Por ejemplo, de acuerdo con el estudio "Servicio Doméstico de Planta y Discriminación en el Área Metropolitana de Monterrey" de la Dra. Séverine Durin, investigadora del CIESAS-Noreste, durante la Administración de Mauricio Fernández en San Pedro (2009-2012) hubo un intento de violentar sistemáticamente los derechos humanos de las trabajadoras domésticas, en su mayoría migrantes potosinas.

 

Fernández, hoy Alcalde electo, propuso registrar los datos personales de las empleadas por parte del Ayuntamiento para facilitar su manejo, como informó EL NORTE.

 

Aunque no se concretó de manera institucional, la intención fue un acto de segregación y elitismo.

 

Lo curioso es que la hegemónica clase media también suele desarrollar patrones excluyentes a gente que está en mayor desventaja que ellos.

 

Con tales comportamientos se vuelve complicado hacer prosperar a la Ciudad hacia una convivencia integral compartiendo espacios públicos y fomentando la equidad.

 

Si se trata de tener calidad de vida no basta con poseer infraestructura vanguardista, edificar más centros comerciales o gestionar más avenidas, pues lejos de impulsar la sana convivencia entre sus habitantes, eso se vuelve otro síntoma de la intolerancia que aqueja a la capital nuevoleonesa.

 

Habría que matizar poco a poco este quebrantamiento social, recordemos que, sin excepción, las ciudades son el retrato más nítido de sus habitantes. La solución no está entonces en el Estado, sino en la misma población.

 

Monterrey está atravesando por una coyuntura de transformación social, hay que aprovecharla para hacer viral la tolerancia desde nuestros lugares comunes.

 

Y, de paso, para que dejemos de producir la inconsciente paradoja al corear a todo pulmón: "Tengo orgullo de ser del norte, del mero San Luisito porque de ahí es Monterrey", primera estrofa del Corrido de Monterrey, del compositor Severiano Briseño, oriundo por cierto, de San Luis Potosí. 

 

La autora es licenciada en Lengua Inglesa por la Universidad Veracruzana.

 

 

 

 

Ruta Alterna / Movilidad y Cultura Urbana

 

Por: Griselda Cruz López / Periodismo, edición, escritura y gestión cultural / Ruta Alterna / Publicado originalmente en El Norte / 30 Julio 2015

griseldaa28@gmail.com

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